Con sus pasaportes en mano, creados por ellos mismos, los estudiantes de Infanzia de ambas sedes se embarcaron en un viaje para conocer este bello país a través de le aule rotative, como actividad de cierre para la unidad de Italia.
A través de salas temáticas, diseñadas con mucha preparación y cariño por las educadoras de los tres niveles, los estudiantes pudieron explorar, a través de la reorganización de los espacios y estímulos variados, distintos aspectos culturales, históricos y artísticos de Italia, fomentando así la autonomía, el manejo del tiempo, la socialización y la adaptabilidad.
«Le aule rotative se trabajan de acuerdo a una unidad temática. Las actividades están planificadas para desarrollar los objetivos de cada campo d’esperienza contemplados en la programación anual de nuestros niveles de la Scuola dell’Infanzia», señaló Claudia Mauri, Coordinatrice Scuola dell’Infanzia, sede Valparaíso.
Pasear en góndola, preparar su propia pizza y pintar obras de arte fueron algunas de las actividades contempladas en esta iniciativa, llevando elementos propios de Italia y su cultura a la sala de clases. «Este recorrido por distintas salas permite que los estudiantes vivan el aprendizaje como un viaje, explorando desde el arte renacentista y los inventos de destacados italianos, hasta la lengua, la música y las tradiciones culinarias. Así, el cambio de ambiente no solo enriquece el proceso educativo, sino que también refuerza el sentido de pertenencia y la valoración del legado cultural, integrando de manera dinámica conocimientos académicos y patrimonio identitario», comentó Paula Varas, jefa de departamento Scuola dell’Infanzia, sede Viña del Mar.
La propuesta de aulas rotativas fue muy bien recibida por los niños y niñas, pues el romper la rutina favoreció una actitud positiva hacia el aprendizaje. «El cambio de ambiente generó motivación y expectativa, lo que se tradujo en una mayor participación y disposición para las actividades. Algunos manifestaron sorpresa y alegría al descubrir materiales y ambientaciones diferentes, mientras que otros disfrutaron especialmente de la posibilidad de moverse y cambiar de contexto», agregó Paula Varas.
Claudia Mauri expresó que en la sede de Valparaíso se vivió de manera similar: «Los niños y niñas están muy emocionados y sorprendidos, pues cada sala es una aventura en un principio escondida, donde, además de adquirir conocimientos, juegan, manipulan, bailan e interactúan con maestras diferentes».
Cada espacio, preparado con mucho cuidado y dedicación, llevó a los estudiantes por un verdadero viaje por la bella Italia, reforzando no solo el aprendizaje adquirido durante la unidad, sino también permitiendo conectar con las raíces y la identidad italiana.










